«Relaciones públicas«, «RRPP» o «PR«; ¿alguien sabe lo que significa esto?

Muchos creen que es lo mismo que repartir entradas para un local, ser capaz de montar grandes fiestas o tener la habilidad de que a uno le inviten a todos los saraos.

Pero nada más lejos de la realidad. Y los que nos dedicamos a este sector sabemos que nuestra profesión requiere mucho trabajo, mucho estudio, análisis y mucha estrategia.

Las relaciones públicas son todo el conjunto de acciones diseñadas para gestionar de forma estratégica la comunicación de una empresa (en todas las acepciones de “empresa”), y cuyo objetivo es establecer sólidos vínculos con los diferentes públicos (stakeholders).

Las relaciones públicas utilizan diferentes tácticas (de comunicación, publicidad, marketing, etc.) que persiguen generar una relación de confianza y fidelidad entre la marca y su target. Escuchar al público, darle información y hacer de puente entre ambos lados es parte de la tarea de las agencias o personas dedicadas a este trabajo.

¿Y para qué les sirve a las empresas? Para todo. Para establecer un diálogo positivo con sus públicos, integrándolos en su filosofía, influyéndoles para llegar a un entendimiento y persuadiéndoles para alcanzar una actitud compartida. Para posicionar los valores de una marca. Sirven también para mantener un contacto directo y constante con los prescriptores de su sector. Para estudiar y controlar lo que se dice de la marca. Para generar notoriedad. Para aumentar la propia credibilidad. Para gestionar los momentos de crisis. Para comunicarse, y hacerlo con todos: público final, pero también intermediarios, partners, administraciones, instituciones, colaboradores y, muy importante también, empleados y miembros de la propia empresa. Y es que las relaciones públicas pueden ser, también, internas.

En resumen: las relaciones públicas tratan precisamente de eso, de establecer relaciones con los diferentes públicos.

¿O qué pensabais?