¿Qué hacer para llegar a la prensa una y otra vez cuando ya no tienes nada más que contar? Nuestra formación como periodistas nos obliga a expresar lo que realmente sentimos: si no hay nada que decir, no digas nada. Pero somos una agencia y nuestro cliente quiere más, mucho más. Por eso tenemos que estrujarnos los sesos, exprimir nuestra agenda de contactos y dar rienda suelta a nuestra imaginación. ¿El objetivo? Seguir aportando mensajes que puedan interesar a los medios de comunicación y, en consecuencia, a sus lectores.

Hace no mucho habábamos en el blog de Presscode sobre por qué ofrecer un buen contenido a los periodistas es la clave para conseguir una publicación. Un buen mensaje que vaya alineado con sus lectores, claro. No vamos a vender champú a un comprador de lotería, ni un tema de política a una sección de deportes. Pero ¿qué pasa cuando ya nos lo han publicado? ¿Qué ocurre cuando ya hemos vendido el pez más gordo?

Es precisamente por ello por lo que tenemos que trabajar en un plan de comunicación donde los tiempos estén muy pensados y hagan lo posible por coincidir con los tiempos de las acciones de marketing, de la propia prensa, y de, por supuesto, la agenda de la actualidad. Tenemos que buscar ángulos diferentes para poder dar continuidad a una noticia y no repetir y repetir el mismo mensaje… y tenemos que saber escuchar. Cuando un medio no publica, pese a haber confirmado que tiene la documentación, es que no, no, y no, le interesa. O que hay otra cosa que le interesa más. ¿Qué hacer entonces? Preguntar abiertamente si podríamos buscar otro enfoque más adecuado, ofrecer a un portavoz o soltar por fin algún dato de esos que el cliente nunca te deja contar. Si aún así no llegamos a construir una noticia es mejor dejarlo, o acabarás siendo el remitente odiado cuyos correos nunca se abren.

Tenemos una función: convencer, y dos interlocutores: el cliente y el periodista. Uno cree que todo lo que dice es interesante, el otro está harto de escucharnos. Nuestra labor es mediar, convencer al cliente de que aporte algo más, convertir ese “algo más” en un tema noticiable y adaptarlo al medio en cuestión. Para ello, lee. Estudia a tu competencia. Estudia los medios. Lee los artículos del periodista. Escucha sus intervenciones. Lee lo que has escrito y piensa por qué te interesaría a ti.

Y, si aún así no sale bien, analiza. Revisa tu plan, comprueba tus contactos. Pregunta. Pero descubre los fallos y las posibles adversidades. Eso seguro que te ofrece alguna solución. ¿O no te ha pasado nunca?