La comunicación gastronómica es mucho más que contar lo que cocinas o vendes. Implica conectar con públicos distintos, elegir los canales adecuados y definir un tono que funcione. Desde una agencia de comunicación para restaurantes hasta campañas para productos gourmet, diseñar una comunicación gastronómica efectiva requiere entender las particularidades de cada actor del sector.
¿Qué es la comunicación gastronómica y por qué importa?
Es el conjunto de acciones y mensajes que construyen la imagen pública de marcas, productos, espacios y actores relacionados con la gastronomía. Puede estar dirigida al consumidor final o al canal profesional (trade), y debe tener en cuenta factores como la estacionalidad, la legislación, el formato del producto o la reputación de la marca.
¿A quién te diriges? B2C vs. B2B en comunicación gastronómica
El primer paso para una estrategia de comunicación gastronómica efectiva es entender tu público:
- B2C (consumidor final): se comunica a través de medios de estilo de vida, redes sociales, influencers o revistas de ocio y gastronomía.
- B2B (canal profesional): medios del sector, asociaciones, distribuidores, prensa económica, ferias o eventos gastronómicos.
Los canales, tono y objetivos varían mucho en función del público; no es lo mismo comunicar desde un restaurante que desde una Denominación de Origen. Por ejemplo: un restaurante individual requiere cercanía, reputación, storytelling, mientras que un grupo gastronómico además necesita coherencia entre marcas y posicionamiento global. Los productos gourmet, por su parte, (vino, aceite, embutidos…) suelen tener una regulación legal, una percha que reside en la diferenciación o el origen, mientras que hay productos muy bien posicionados que no tienen «nada especial» que vender.
Luego hay otro tipo de perfil, el de las tiendas y distribuidores, que ponen foco en producto y en la confianza de sus clientes (como los supermercados o los comercios), y por último, están las asociaciones o cooperativas, que tienen un tono más institucional, transversal… y en el que hay muchas voces y hay que (ayudarles a) hacer consensos.
En definitiva, cada uno tiene retos específicos en su comunicación, y es importante adaptarse a cada uno.
¿Y qué factores pueden condicionar tu estrategia? Te dejamos algunos ejemplos:
- Legalidad: productos como el alcohol o los alimentos con alegaciones nutricionales requieren control del lenguaje.
- Estacionalidad: algunos productos solo existen parte del año (ej. trufa, espárrago blanco…).
- Multiplicidad de voces: en asociaciones o D.O., el mensaje debe representarlos a todos.
- Cobertura geográfica: una tienda local no comunica igual que una marca nacional.
- Imagen vs. mensaje: en gastronomía, la imagen pesa mucho, pero el texto debe estar a la altura.
Por eso te damos algunos consejos clave desde Presscode:
- Define tu público objetivo antes de comunicar.
- Elige bien los canales: no todos sirven para todo.
- Establece una voz de marca clara y coherente.
- Adapta el contenido al producto: no es igual un vino con D.O. que una conserva local.
- Apóyate en una agencia de comunicación gastronómica con experiencia.
- Crea una narrativa que dé hambre (pero también confianza).
- No olvides el SEO: hoy la visibilidad también pasa por Google.
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